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Carola Blasche

La Manta y La Raya # 14                                                              marzo  2023 ________________________________________________________________________

Carola Blasche

Una retrospectiva

 

Carola, una mirada breve pero emotiva.

Qué decir de ti, mujer recia, linda, terca, respetuosa, reservada, estudiosa, crítica, muy alemana para muchas cosas, mexicana para algunas otras, sensible, ocurrente, buena conversadora con la que se podía platicar casi de cualquier tema, cariñosa, buena amiga con una particular y especial sensibilidad y mirada para hacer fotografías que transmiten tanto, fotografías que aquí quedan, que son tu legado junto con la huella que dejas en cada uno de los que tuvimos el gusto de conocerte. Aquí sigues, aquí seguirás. 

La amistad comenzó de lejos, después de aquel concierto en el jardín botánico, poco a poco aparecieron pláticas de infancia, de tierras lejanas y de otros tiempos, algunas visitas y paseos, el descubrimiento de muchos aspectos en común a pesar de las diferencias, anécdotas, risas, a veces lágrimas, experiencias compartidas, muchas conversaciones. En esta amistad breve pero emotiva es tanto lo que quedó pendiente. Gracias Carola por esta mirada del mundo desde otro ángulo.

Mónica Aburto

 

Revista en formato PDF (v.14.1.0):

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Tlacotalpan: retrato y paisaje. Javier Manzola

La Manta y La Raya # 10                                                                  marzo 2020 ________________________________________________________________________

Tlacotalpan: retrato y paisaje

Javier Manzola   

Una muestra del quehacer fotográfico de Javier Manzola se presenta en este portafolio integrado por imágenes captadas durante las fiestas de la Virgen de La Candelaria de Tlacotalpan; la selección hecha gira alrededor de dos temas principales (aunque no los únicos) que aborda Javier en su obra fotográfica: el retrato, instantes fugaces e irrepetibles, y el entorno local, aparentemente estático, y su arquitectura vernácula. 

Es alrededor de los fandangos callejeros que se organizan en esos días de fiesta, alejados desde años de los espacios céntricos del pueblo, en donde Javier Manzola captura imágenes entrañables. Retratos en su mayoría de personas aficionadas al son jarocho, al zapateado, al verso… , reunidas en las noches alrededor de la tarima, o en la madrugada en la iglesia cantando, o a las primeras horas de la mañana después del fandango, o al mediodía jugando un partido de béisbol. Momentos y experiencias colectivas especiales, de gran empatía y sincronicidad, que se refleja en las personas que descubre y retrata Manzola Momentos expresivos, radiantes, desprevenidos, naturales, sin duda felices en muchos casos. Evidencias irrefutables de los estados de dicha y éxtasis que se pueden experimentar entre la colectividad que se reune alrededor de un fandango jarocho. Visiones únicas que se repiten una y otra vez y que repican como campanas. 

Por otra parte, Javier nos comparte una pequeña selección de fotografías del paisaje local de Tlacotalpan, su arquitectura deslumbrante y “las cosas que se pueden ver en el cielo”, dijera Jung, en conjunción con los astros.  

Una mirada que observa, atenta, siempre discreta, es la de Mazola, quién tiene la capacidad de hacerse “invisible”, una cualidad muy apreciada entre los fotógrafos y que se refleja en su obra. Hay personas que piensan que la felicidad es un instante, sin duda muchas de las fotos incluídas en este portafolio captan ese instante. 

Nos sentimos afortunados de poder publicar este portafolio que nos comparte Javier Manzola y desde luego dispuestos a seguirle la pista, a donde quiera que vaya nuestro amigo con su aparato para hacer fotos.

 Los Editores

 

 

 

Revista en formato PDF (v.10.1.0):

 

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Palma, zacate y bejuco

La Manta y La Raya # 6                                                                noviembre 2017


Palma, zacate y bejuco:                              La techumbre vernácula en Sotavento.

Mario Cruz Terán
Carola Blasche
Agustín Estrada
Francisco García Ranz
Deborah Small
Sergio A. Vázquez Rodríguez
Mariana Yampolsky

Arquitectura vernácula campesina, casas que se han construido y reconstruido desde tiempos muy remotos, una línea continua que abarca milenios, una sabiduría local íntimamente relacionada con los materiales y recursos naturales de cada lugar, y que sigue siendo la mejor alternativa sustentable en el mundo rural. Nos referimos concretamente a casas campesinas que muchas veces ni se registran en los censos de población; viviendas que se consideran provisionales, 100% biodegradables, y a las que en nuestra cultura hemos llamamos simplemente chozas. Chozas de carrizo, de adobe enjarrado, de tablas de madera… . Casas con grandes techos inclinados, de gran pendiente, recubiertos de múltiples capas traslapadas de hojas de palma real o de racimos de zacate colorado peinado, atados al armazón del techo con bejuco. Un sistema de techo aparentemente simple, pero ingenioso, que sólo conoce la gente del campo.

La palma y el zacate cumplen un ciclo expuesto al abrasante sol, a los fuertes vientos y a las torrenciales lluvias. En el Sotavento es común renovar la cubierta de palma de una casa cada 10 ó 12 años, los techos de zacate son más resistentes, se cambian cada 15 ó 16 años. La palma y el zacate además de impermeables, son materiales vegetales muy térmicos: protegen mejor del frío, y son más frescos en los calores. Hoy en día esta forma constructiva vernácula se conserva entre grupos indígenas, de diferentes etnias asentadas, muchas de ellas, en las “zonas de refugio” de la región. La colectiva fotográfica aquí reunida, registra las casas de mazatecos y chinantecos al occidente de la cuenca del Papaloapan, de nahuas y mestizos de Los Tuxtlas, y de nahuas y popolucas de la cuenca del Coatzacoalcos, al sur de la región.

A través de la lente y las magníficas imágenes de los diferentes fotógrafos aquí reunidos, descubrimos, en todos los casos, casas cubiertas por techumbres a dos aguas, algunas veces de dimensiones imponentes, siempre generosas, en variedad de formas y proporciones, y, como es característico de la arquitectura vernácula indígena, con ausencia de ventanas; en todo caso pocas y pequeñas. Las casas más primitivas no son sino un techo. El techo es el elemento más importante y simbólico de una casa, sin duda juega un papel primordial en nuestras vidas. Una casa con techos a dos aguas es uno de los símbolos más poderoso de abrigo. Hay techos que cumplen mejor esa función, como propone Christopher Alexander: el techo o techumbre sólo abriga si contiene, abraza, cubre y rodea el proceso de la vida.

Esa cualidad la descubrimos en las imágenes que integran esta colectiva fotográfica: en todos los casos encontramos un sentimiento fundamental de cobijo. Casas de las que muchas veces, a cierta distancia, sólo vemos sus tejados de palma o zacate que parecen cubrir a sus habitantes como una gallina a sus polluelos, en perfecta armonía con el entorno, como parte central de conmovedoras imágenes del espíritu doméstico rural en sus formas más sencillas.

Los editores

 

Mariana Yampolsky

 

Mariana Yampolsky

 

Francisco García Ranz

 

Francisco García Ranz

 

Francisco García Ranz

 

Mario Cruz Terán

 

Mario Cruz Terán

 

Mario Cruz Terán

 

Mario Cruz Terán

 

Agustín Estrada

 

Carola Blasche

 

Carola Blasche

 

Francisco García Ranz

 

Sergio A Vázquez Rodríguez

 

Sergio A Vázquez Rodríguez

 

Sergio A Vázquez Rodríguez

 

Mariana Yampolsky

 

Sergio A Vázquez Rodríguez

 

Mariana Yampolsky

 


Revista completa en formato PDF (v.6.1.1):

 

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Tacho Utrera, laudero.

La Manta y La Raya # 2                                                                             junio 2016


Carola Blasche

Carola Blasche

Carola Blasche se asoma con su lente al quehacer laudero de Tacho Utrera. Nos muestra en esta serie fotográfica el quehacer íntimo del músico y laudero, pero también exhibe su propio quehacer, su mirada risueña y su voz galana, su propio arte, el de Carola. Imágenes en claros y oscuros que invitan a imaginar la sorprendente transformación de la naturaleza en cultura, de la madera en artefacto sonoro, del silencio en poesía.

Con la luz pintando las manos del artista, con los aromas del cedro impregnados en las virutas, la fotógrafa retrata el itinerario habitual de un oficiante y sus cómplices de siempre: cepillos, taladros, gubias, martillo, lentes de aumento, limas, escuadras y demás utensilios de trabajo. Blasche nos lleva de la mano por los ritmos y cadencias de un oficio que no termina con la conclusión y cata del instrumento planeado. Nada de eso, siempre hay algo más: un cuerno de animal, un plectro, u tangueo, un marimbol, una puerta. Y una sombra que se asoma tímida, a la distancia, por el umbral del taller. Quizá invitando a entrar, quizá emprendiendo otro viaje. Es Tacho Utrera el protagonista de esta narrativa; Carola habla desde su lente silencioso.

cortando plantilla

perfilando el tacón

rebajando

cepillito

cepillando

descansando

amarrando

checando

colocando trastes

puliendo

limando

ajustando

detallando

encordando

Probando

Cuernos

Con mascarilla

Contando espigas

Puerta y marimbol


Revista # 2 en formato PDF (v.2.1):

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