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Moisés Fuentes // RETROSPECTIVA

La Manta y La Raya # 12                                                             marzo 2021 ________________________________________________________________________

Moisés Fuentes Chagala

Una primera RETROSPECTIVA

 

“Mujeres del río”, Moisés Fuentes Chagala, ene 2017.

 

La obra fotográfica que deja Moisés Fuentes Chagala, ante su prematura y sorpresiva partida, es singular y sobresaliente. Conformada en pocos años de trabajo y continuo aprendizaje, Moisés nos presenta diferentes facetas de sus inquietudes e incesante busqueda, capturando imágenes de los diferentes mundos y realidades que conocía (y continuaba explorando) en su andar, principalmente por el Sur de Veracruz y en particular por su querido Chacalapa, municipio de Chinameca. En 2017 se publico el libro Chacalapa de los grandes de Moisés, una colección notable de fotografías que dan fe y hacen tributo a la vieja guardia de bailadoras y músicos de huapango de la comunidad de Chacalapa, lugar de donde proviene su familia.  

La retrospectiva que presentamos aquí en nuestra revista está basada en las fotos que Moisés publicó en su cuenta de Facebook a partir de 2015; las últimas fotos publicadas por Moisés son de finales de 2021. 

Esta retrospectiva (y esperamos que haya otras), reunida para Las Perlas del Cristal da fe del notable trabajo fotógráfico y el valioso legado que Moisés Fuentes Chagala deja, y con quién sin duda quedamos en deuda. 

Los Editores

 

El fotógrafo Moisés Fuentes

Ricardo Perry Guillén

Hace ya muchos años dediqué tres años de mi vida a registrar en cámara de video nuestro andar cultural con el grupo Chuchumbé, el nacimiento de Los Cojolites, las visitas que los fines de semana hacíamos a las comunidades; materiales hoy indispensables para entender el pasado reciente del son jarocho -aunque no tenía ese propósito en esos días, sino usar una cámara que ocasionalmente llegó a mis manos. Entonces grabé todo lo que hacía durante ese tiempo, como tres años, hasta decidir que no podía seguir mirando todo a través de la cámara, pues esta era una realidad un tanto distinta, estaba sujeta a otros designios, no podía seguir existiendo sin existir. 

Esto lo recuerdo pensando en la fotografía de Moisés Fuentes, pues como ente que atrapa y narra un instante, te sitúa en otro esquema de la realidad, te coloca fuera para mirar y sentir de nueva cuenta el instante que sucede, la sonrisa, la intensidad del asombro, la pasividad de la existencia sencilla, las manos alrededor de la jarana, la seriedad del jaranero; de aquellos que ya han regado por largos años la semillas de nuestra música en tantos surcos, tantos anocheceres, un rosto coronado con el sombrero en el día y en la noche, una lancha que surca un río de los recuerdos, los niños seres de la alegría, la sonrisa de los amigos que se encuentran en los fandangos.

Moisés es músico jaranero, tiene a su cargo el grupo JarochoBarrio integrado por sus primos la mayoría, integrantes de una familia que ha dado mucho al son jarocho y, por lo mismo, su andar en los fandangos no es el del fotógrafo que capta lo que va descubriendo en ese instante, sino que su foto también tiene el conocimiento de causa, de saber qué puede dejar en la memoria visual de todos los tiempos: la imagen del aquel viejo jaranero, ese versador, esos portadores de nuestra cultura milenaria, esos viejos músicos de la comunidad, leoneros, guitarreros, que se van yendo físicamente pero que van viviendo en todos nosotros. Captar ese instante, el momento preciso que nos da esa majestuosidad de la existencia, la mirada de regreso que sientes en tu interior y te llena de sentimientos diversos, la nostalgia de la vida que va pasando y se va llevando poco a poco a esos viejos portadores de nuestra cultura, la alegría del fandango, de vivir intensamente la existencia sobre la tarima, las expresiones amorosas de los jóvenes que encuentran en las expresiones de la cultura de los pueblos, el aliciente del vivir.

Moisés nació en Chinameca, Veracruz, y es parte de una familia que tiene raíces profundas en el son jarocho del sur del estado. Su familia viene de Chacalapa, una comunidad de ese municipio, muy particular en el conglomerado actual que forman los pueblos del sur del estado: indígenas nahuas y popolucas, además de las ciudades que nacieron a la par del desarrollo de la industria del petróleo. Es singular porque Chacalapa es tierra afromestiza, gente morena herencia de los esclavos negros de las haciendas en los llanos veracruzanos. La influencia hacia el son jarocho se nota en la Leona o guitarra grande, un enorme instrumento hecho de una pieza de cedro y que da los tonos bajos en los fandangos. Se nota también por el zapateo que se escucha imponente sobre estos tambores-tarimas, con un ritmo fuerte y acompasado que caracteriza a los Chacalapeños. Es éste el pueblo del sur de Veracruz en donde la fiesta de la mayordomía dedicada a San Juan adquiere una connotación plena, y en donde el fandango alcanza dimensiones insospechadas. Es como el centro, el eje, el ejemplo de las fiestas comunitarias donde el son jarocho es sumamente importante. 

Cocineros y cocineras, leñadores, un sinfín de personas que son ayudantes de la fiesta, personajes en el pueblo van siendo fotografiados por Moisés, la bailadora, el viejo jaranero, el cantador impetuoso, niños zapateadores, los mayordomos, la procesión acompañada de los jaraneros por las calles del pequeño pueblo, la entrega de la mayordomía -que se mantiene en incógnito hasta cuando se llega a la casa del próximo responsable de la fiesta religiosa, familia a la que se le baila al son de la jarana y se le entrega una bandera que, en lugar del águila, lleva en el centro al santo patrono. Todo este ritual va quedando impreso por la cámara que encuentra los momentos indescriptibles que, al verlos en la fotografía, nos llevan a inundar nuestro interior de esos sentimientos que cada mirada, cada paso, cada jaranear va provocando. Y un dato interesante es que he visto al compañero entregar a cada persona captada una fotografía ya lista para tenerla en sus paredes, en el sentido de regresar a la comunidad lo que ella nos otorga.

Moisés es un joven músico tradicional, acaba de terminar la carrera de ingeniero y hace algunos años vimos cómo empezó a tomar la cámara con cariño y responsabilidad. Ha sido fiel discípulo del fotógrafo chiapaneco Jesús Hernández, quien ha sido su maestro y como amigo ha guiado su pasión por la fotografía. Da gusto ver cómo el trabajo de Moisés Fuentes se ha desarrollado y que sea hoy una lente necesaria enmarcada en el contexto de las culturas de nuestros pueblos.

 

Revista en formato PDF (v.12.1.0):

 

Artículo suelto en formato PDF (v.12.1.0):

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